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Conversamos con Esteban Pino, ex combatiente de Malvinas

Pino habló de sus recuerdos de la guerra, de cómo escribir un libro sobre el conflicto fue sanador, y de la importancia de dejar un testimonio.
04.04.2017 17:01
2017-04-04T17:01:00

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Esteban Pino vive en Uruguay hace más de dos décadas, pero 35 años atrás, cuando apenas salía de la adolescencia, fue combatiente en la Guerra de Malvinas. Había hecho el Servicio Militar Obligatorio en 1981, y en abril del 82 se enteró del conflicto con Gran Bretaña por televisión. En ese momento, dice, le pareció "meterle el dedo en el ojo a alguien con el orgullo muy fuerte".

Con 19 años estaba entrando a la Facultad, y su mayor preocupación era "robarle" el auto a su padre cada tanto, para salir con los amigos. Sin embargo, le tocó viajar a Malvinas, y vivir en carne propia la experiencia de la guerra.

A la vuelta de las islas, dice, no habló de lo vivido por más de 20 años. Con nadie. Ni con sus padres, ni con sus hermanos ni sus amigos. Finalmente, junto a Germán Estrada, amigo de la infancia que también combatió en Malvinas, decidieron escribir un libro: "Teníamos el temor de empezar a hablar de esto y no poder contenernos", dice y, al mismo tiempo, señala que les parecía "importante" dejar un testimonio para sus hijos "por lo menos".

El resultado es Contar Malvinas, una obra publicada hace diez años y que, a su juicio, contribuye a "dar un sentido positivo a haber estado en la guerra, tratar de ayudar a otros, no desde la bronca, que digan ‘pobrecitos, mirá cómo los trataron’".

"Antes —dice— me escuchaba desde el resentimiento, de la bronca mía, primero contra los ingleses, después contra los militares y la dictadura. Después me di cuenta, y quizá por eso vivo acá, de que estaba enojado con la sociedad argentina".

Ese libro, asegura, ha sido uno de los caminos posibles para sanar, y el que recomienda, no solo para ayudar a hablar a otros ex combatientes, a otra gente con problemas, incluso a gente que no hubiera pasado por una situación tan al límite.

Además, forma parte de la Fundación Contar, que se nutre de los beneficios del libro y de charlas que da en distintas instituciones, y que colabora con los niños de una villa en Buenos Aires.

En esta entrevista con Canal M, Pino reflexiona sobre el alto número de suicidios registrado entre los ex combatientes de Malvinas, y dice que "lo sorprendente es que en Inglaterra sucede exactamente lo mismo: la cantidad de suicidios es igual o mayor que la de muertos en combate".

También recuerda el fin de la guerra, la frustración de no haber conseguido el objetivo y el "dolor de la derrota", que dio lugar a un proceso de "desmalvinización" en la sociedad, que no quería saber nada con quienes habían participado del conflicto.

"Cuando volvimos nos hicieron sentir el dolor de la derrota. Primero, nuestros jefes militares, que nos trajeron desde la base aérea donde aterrizamos hasta los distintos cuarteles. [Nos llevaron] en ómnibus, todos tapados, no nos dejaban ver por las ventanas, ni que nos vieran. Nos llevaron de noche y como escondidos. Ahí nos tuvieron cerca de una semana. Nos dieron ropa nueva, estábamos todos impecables. Nos mandaban a bañar a cada rato, nos daban de comer. Nos querían engordar rápido, y nos hicieron firmar un montón de documentos, de que no se podía hablar porque era traición a la patria, secreto de Estado, confidencial. Con esa cabecita nos soltaron a la semana, a ver a nuestras familias un par de días, para volver a los cuarteles unos días después", rememora.

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