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Otra calle [Bizarro, 2016] marcó un mojón en la carrera de Fabián "Fata" Delgado. El artista, que se inició en Karibe con K en los tempranos 90 y siguió luego con Los Fatales, edificó una obra plagada de hits, canciones incombustibles capaces de levantar al más aburrido en casamientos, cumpleaños y en cuanta fiesta suenen. Sin embargo, para ese trabajo, la meta era más ambiciosa.

"Cuando empezamos a grabarlo, a armarlo con Mateo [Moreno, productor del disco], yo decía que es un camino que se puede transitar lentamente. El otro camino, que transitamos permanentemente todos los fines de semana, ya está constituido por 20 años de trabajo. Esto es un paso a actualizar el sonido de Los Fatales", dice Fata Delgado.

Fata Delgado presentará oficialmente Otra calle el 15 de mayo en el Teatro Solís, y en esta edición de En Estudio cuenta que es "un disco latino, pachanguero, pero que no se parece a Los Fatales del 98", y asegura que es un creador que busca permanentemente la exigencia.

En la charla recuerda sus años como DJ asociado a la movida new romantic, se define nostálgico y dice que pone la amistad por delante de otras cuestiones.

Además, habla de la polémica desatada en oportunidad de un intercambio de tuis con Daniel Martínez, intendente de Montevideo, cuando solicitó ser tenido en cuenta para presentarse en el Teatro Solís. "En ese momento pensé, cuando vos pedís una cosa un año y medio antes y te dicen que está mitad de año está todo ocupado y el año que viene también, que, o trabajan tan adelantado, que lo puedo aceptar, o hay algún problema con Los Fatales, y consideran que no están para ir a ese lugar. Está todo bien, hay gente que piensa que no debemos entrar ahí porque hacemos ‘chinkakachinka'", apunta, e invita a ver a su banda en vivo para demostrar que no es cierto.

"La palabra miedo no existe en mi vida. No le tengo miedo a nada. Le tengo miedo a la muerte nomás. En el riesgo hay dudas. En lo laboral soy de arriesgar. Y cuando arriesgo invierto y juego a ganador. Si sale, sale. Y si no, pienso que la acumulación de hacer cosas me va a dar, algún día, una posibilidad de crecer. Si no hago nada quedaré cantando ‘La pizza muzzarella' hasta que tenga 80. No es mi forma de vivir, ni mi forma de pensar. No desprestigio lo que hice antes. quiero seguir creciendo como cuando hice esas canciones", dice, en otro momento de la entrevista.